miércoles, 26 de febrero de 2014

REFLEXIONES

EDUARDO ESCOBAR- 9.959.33   




     En primer lugar voy a hablar de los “Fines de la educación”. En la LOE en su Artículo 15 indica:   

1.- Desarrollar el potencial creativo de cada ser humano para el pleno ejercicio de su personalidad y ciudadanía…
2.- Desarrollar una nueva cultura política fundamentada en la participación protagónica y el fortalecimiento del Poder Popular…
3.- Formar ciudadanos y ciudadanas a partir del enfoque geohistórico con conciencia de nacionalidad y soberanía…
4.- Fomentar el respeto a la dignidad de las personas…
5.- Impulsar la formación de una conciencia ecológica para preservar la biodiversidad y la sociodiversidad…
6.- Formar en, por y para el trabajo social liberador…
7.- Desarrollar la capacidad de abstracción y el pensamiento crítico…
8.- Desarrollar un proceso educativo que eleve la conciencia para alcanzar la suprema felicidad social…
   
     Pero…"El rápido aumento de la población escolar mundial ha tenido como consecuencia la contratación masiva de docentes. Ésta contratación ha tenido que hacerse a menudo con recursos financieros limitados y no siempre ha sido posible encontrar candidatos calificados." Esto nos lleva una realidad totalmente opuesta a lo que se piensa que las escuelas contratan a personas sin amor a lo que se están dedicando y obviamente tampoco no cuentan con la mínima formación académica, sin profesionalización alguna y consecuentemente sin idea para pararse frente a un grupo.”
   
     En contraste con esto…El diccionario de la Real Academia Española dice que el docente es una persona que “enseña”. La vida, en cambio, demuestra que ser docente es más que “enseñar” un concepto, un axioma, un procedimiento o alguna destreza manual. Mediante sus responsabilidades cotidianas: preparar clases, llegar puntualmente al aula, exponer ideas, dar testimonio de algunas experiencias, corregir prácticas, explicar ejercicios, devolver exámenes, publicar calificaciones, escuchar y resolver reclamos, solucionar problemas…, el docente expresa, transmite y propone una manera de ser en el mundo. Se convierte en un arquetipo para los estudiantes.
    
     Además: El maestro del siglo XXI es un formador de ciudadanos, capaz de leer los contextos locales y globales que le rodean y de responder a los retos de su tiempo. Es un facilitador que domina su disciplina y que, a través de metodologías activas, ofrece las herramientas necesarias para que los estudiantes comprendan el mundo desde diversos lenguajes, aprendan a vivir con los demás y sean productivos.
  
    Por esto y por mucho mas la docencia es una virtud, considero que es ciencia pura. Una de las profesiones más gratificantes que existen.

 

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