LEONARDO COLMENARES V-13.564.764
La función del Docente, tal como la conocemos hoy, no ha
existido siempre. Realmente los Maestros han cumplido la misma función
sustantiva de transmitir la enseñanza. Las exigencias sociales de hoy día piden
al docente ser autor y actor,
en un modelo de acción comunitaria que promueva su rol.
Los padres quieren que los maestros puedan crear en las
aulas una atmósfera que invite a todos a investigar, a aprender, a construir su
aprendizaje, y no sólo a seguir lo que ellos hacen o dicen. El rol de los
docentes no es sólo proporcionar información y controlar la disciplina, sino el
ser mediadores entre los alumnos y el ambiente. Dejando de ser los protagonistas
del aprendizaje para pasar a ser los guías o acompañantes de los aprendices.
Los problemas que azotan a la juventud venezolana, son:
drogas, violencia, delincuencia, embarazos, entre otros. Es por esto, que es en
las escuelas donde debe atacarse esta problemática, cambiando el paradigma
educativo, sustituyendo la educación tradicional por educación para la vida, en
donde, nuestros jóvenes reciban las herramientas necesarias para convivir en
esta era globalizada.
El docente venezolano, no sólo debe poseer conocimientos
en el área que ejerza, y la pedagogía para transmitirlos, sino, capacidades que
le permitan lograr un aprendizaje significativo en sus estudiantes y
prepararlos para la vida, formándolos como seres humanos productivos,
conscientes y virtuosos.
No podemos atribuir toda la responsabilidad al docente a la hora de mejorar la enseñanza. Sin embargo, asumimos que ningún cambio para la mejora de la enseñanza puede realizarse sin su participación, ni sin su intencionalidad transformadora.
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