La
habilidad, en su acepción más general, tiene que ver con el talento o la
aptitud para desarrollar alguna actividad o una tarea. También tiene que ver
con un cierto nivel de competencias que puede poseer una persona para
desarrollar o cumplir una meta u objetivo específico. Estas aptitudes pueden
ser innatas en las personas, pero también pueden ser adquiridas o desarrolladas
mediante la práctica de diversas actividades.
Ahora
bien, cuando se trata de habilidades docentes, vendrá a ser entonces, el
conjunto de aptitudes vocacionales que puede poseer el profesional de la
docencia, que le permitirá desarrollar su labor educativa de una forma exitosa.
Entre estas habilidades se pueden nombrar, destreza para el trabajo en equipo, organizador
y administrador de las situaciones de aprendizaje, promoción de la creatividad,
la educación en valores y la integración de la familia y la comunidad, además, abierto
a la participación y comunicación asertiva, la creación de hábitos de estudio,
entre otras que le permiten la promoción de su labor pedagógica de manera
activa y significativa.
Éstas
habilidades docentes están estrechamente relacionadas con las habilidades didácticas,
pues, éstas últimas tienen que ver con las técnicas, estrategias y actividades que
realice el docente, valiéndose de la aptitud o talento innato para
desarrollarlas e impartirlas a las y los estudiantes en cualquier ambiente
(presencial/participativo) o entorno (a distancia/en red) de aprendizaje, de
una manera práctica, creativa, innovadora, y por ende, transformadora,
apoyándose en diversos recursos impresos, audiovisuales y tecnológicos que le
permitirán lograr fortalecer las potencialidades de las y los estudiantes.